Aunque no las veamos, vivimos rodeados de bacterias, son el agente infeccioso más habitual en los alimentos. Invaden los entornos donde se procesan los alimentos y son la causa del deterioro de los productos, reduciendo su vida útil, la calidad y cualidades.
Por ello, prevenir su presencia es primordial para asegurar la calidad y la seguridad de los alimentos.
¿Cuáles son las bacterias más comunes y qué alimentos afectan?
– Salmonella: afecta a los huevos crudos y sus derivados, a la carne cruda de res, ave y pescado y alimentos elaborados que se dejan a temperatura ambiente durante mucho tiempo.
– E. coli: presente en productos frescos crudos como carne de res, leche, vegetales y agua contaminada o sin un adecuado tratamiento de potabilización.
– Listeria monocytogenes: alimentos refrigerados, y alimentos listos para consumir a base de carne de res, pollo o pescado. Leche cruda. Quesos blandos. Verduras con un excesivo almacenamiento en origen. Productos en conserva o ahumados.
– Campylobacter jejuni: carne de pollo y pescado cruda o poco cocinada, leche y agua sin un adecuado tratamiento de potabilización.
– Staphylococcus aureus: alimentos cocinados ricos en proteínas: jamón cocido, carne de ave. Productos lácteos. Ensaladas.
– Shigella: productos lácteos. Carne de res y pollo. Ensaladas, frutas y verduras crudas. Ostras crudas. Agua no potabilizada o contaminada.
– Yersinia enterocolítica: Carne de res. Pescado. Marisco crudo. Productos lácteos. Productos frescos. Agua no potabilizada o contaminada.
Generalmente, la contaminación de estas bacterias puede evitarse con buenas prácticas a la hora de almacenar los productos, controlar las condiciones durante toda la vida útil y tener un buen saneamiento ambiental y de utensilios.
Otras veces, estas medidas no son suficientes y grandes cantidades de alimentos contaminados deben ser desechados o incluso se crean focos de personas enfermas por consumir productos en mal estado o infectados.
En BeeTechnology desarrollamos una nueva tecnología que mata estas bacterias contaminantes que aportan a la descomposición del alimento, evitando pérdidas, enfermedades asociadas y aumentando la vida útil de los productos.
Tenemos el compromiso de generar una producción de medicamentos sustentables y sin residuos para prevenir enfermedades.
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